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martes, 7 de septiembre de 2010

Redescubrir

Muchas veces, cuando nos acomodamos en la vida, experimentamos una sensación de vacío y falta de emociones. A pesar de estar llevando una vida consagrada a Dios, a la oración y la vocación que Él puso en nuestro corazón, esto puede ocurrir. Es así que experimentamos a veces la angustia y la insatisfacción con nuestra identidad, aunque nuestra situación no sea mala.
Estos momentos son importantes para nuestro crecimiento. Hacemos muchas cosas que son buenas, pero de un modo tan rutinario que ya no disfrutamos de ellas.
Son sequías que nos hacen redescubrir cuan rica es el agua de todos los días. Por eso  nos viene muy bien estos momentos de angustia, que exigen una parada. Un revaluar todo Un empezar de nuevo. Provocar cambios donde ya no se deba volver a lo mismo. 
A esto llamamos crisis, que es verdaderamente purificación. Y así vale decir ¡Viva la angustia!, ¡Viva la crisis! Porque nos ayudan a rememorar el motivo principal de lo que estamos haciendo y redescubrir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
No en vano Dios le repetía constantemente a Moisés y a su pueblo lo que dice en Éxodo 20:2
"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre."
Por eso no hay otro camino sino recurrir a Él, y permitir que Él  este a nuestro lado, bien juntito. Mediante el Espíritu Santo, Dios va a inyectarnos energías nuevas, fuerzas como las del búfalo y volveremos a recobrar el gozo.
Cualquiera sea la angustia que estas pasando, esta es tu oportunidad de redescubrír tu identidad. Da gracias  a Dios, cualquiera sea tu problema. El es mayor que tu situación.

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