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lunes, 20 de septiembre de 2010

Gozo

La palabra de Dios dice en Santiago 1:2
"Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas."
Nunca necesito esperar por el gozo. Mi alegría no depende de alcanzar ciertas metas. No tengo que graduarme en la universidad o casarme para sentirme feliz. No necesito posponer mi gozo hasta que me haya retirado o alcanzado cierto nivel de éxito.
El gozo es un estado mental que surge de la comprensión y la gratitud de la presencia de Dios en mi vida.
Enfoco mi atención en el gozo que está presente en mi vida cada día. Cuando me despierto, dispongo sentirme alegre. A lo largo del día, doy gracias por las personas que comparten mi viaje. Al final del día, siento gratitud por toda experiencia.
Al pensar acerca de las bendiciones en mi vida siento que el gozo rebosa en mí. No pospongo mi felicidad. Elijo sentirme feliz en este mismo momento.

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