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martes, 30 de noviembre de 2010

Soportar y perdonar

En Colosenses 3:13 dice
"soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros."
Si bien todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, también es cierto que los seres humanos no somos iguales entre nosotros. Existen diferencias entre una persona y otra y a veces estas son muy marcadas. Estas diferencias abarcan desde aspectos físicos hasta aptitudes para realizar actividades.

El cuerpo de Cristo (La Iglesia) no es la excepción, pues está integrado por seres humanos. Ante estas diferencias, la Biblia es clara al decir que nos soportemos. Dios entiende que como seres humanos podemos tener diferencias pero que ante todo debemos estar unidos como Iglesia.

Así mismo, si alguno algo contra otro, lo correcto e indicado por Dios es perdonar, sea cual sea el motivo. El ejemplo claro es Jesucristo, quien perdonó todo cuanto sufrió y aún más. Si Jesús, nuestro ejemplo, lo pudo hacer ¡nosotros también!

lunes, 29 de noviembre de 2010

Fe que salva

En la palabra de Dios dice:
"Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino." Marcos 10:52
Si bien es cierto que Jesús sanaba a personas con todo tipo de impedimentos físicos, también es correcto notar que algunos de los "ciegos" en realidad no tenían ningún problema con su vista. Los fariseos, publicanos y gente que no creía en Jesús eran personas que estaban cegadas ante las maravillas sobrenaturales de Cristo.

Hoy en día, este tipo de ceguera sigue vigente. Lo triste de todo esto es que Dios exige de nosotros fe. Esa fe es la que sana a los enfermos, la que levanta a los paralíticos y la que puede mover cualquier situación. Al ciego lo salvó su fe y a ti ¿qué te salvará? Solo la fe en Cristo Jesús puede salvar al ser humano.

Y recuerda, una vez que un "ciego" recobre la vista, es bueno alentarle a que siga el camino de Jesús.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Bendición y esfuerzo

En 2 Corintios 9:10 dice:
"Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,"
Cuando Dios le dijo a Adán que del sudor de su frente se ganaría el pan de cada día, se estaba refiriendo al esfuerzo, al sacrificio, a la lucha diaria por la victoria a la necesidad.

Dios quiere que nos esforcemos y por supuesto, Él va a bendecirnos. Pero sin sudor, sin sacrificio no hay bendición. Es por eso que en 2 Corintios dice que Dios da semilla al que siembra. La semilla se refiere a todo aquello que puede dar fruto. Pero si tú no estás sembrando, preparando la tierra para esa semilla, no esperes recibir nada de Dios.

Lo mismo ocurre con el pan (en sentido figurado: Su Palabra). Si no lees la Biblia, si no meditas y escudriñas en ella, no esperes que Dios te revele cosas profundas.

Dios se manifiesta como el proveedor, el multiplicador y quien aumenta los frutos de nuestros actos. Hoy te animamos a creer y aplicar esta palabra. Dios quiere bendecirte pero también quiere ver que te esfuerzas para recibir su bendición.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Nacidos de Dios

En 1Juan 3:9 está escrito: 
“Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.”
Cuando el hombre pecó en Edén se separó de Dios y aunque fue creado a imagen y semejanza de su Creador, continúo viviendo pero distanciado de Él.

Sin embargo, con la venida de Cristo, su muerte y su resurrección, el ser humano vuelve a acceder a la presencia de Dios por cuenta propia. Quien le acepta a Cristo, su obra redentora y decide servirle a Dios, este ha nacido de nuevo.

Nacer de nuevo es entender que el ser humano fue creado con ADN divino y que en nuestra sangre está la ingeniería creativa de Dios. Dice en 1 Juan 3:9 que la simiente de Dios, es decir, su esperma divino, permanece en nosotros.

Por esta razón, al nacer de nuevo nuestra cosmovisión cambia y se transforma a la cosmovisión de Dios. Quien ha nacido de nuevo decide alejarse del pecado, porque a Dios no le agrada el pecado.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El orden de Dios

El orden trae bendición, Dios es un Dios de orden y quiere trabajar en tu vida de la misma manera. Esto no significa que se transformará en rutina y aburrimiento. Todo lo contrario: Él es creativo y busca enseñarnos a través del orden para que tomemos nuestra bendición.

En Génesis 1:1 se relata la primera creación de Dios sobre el universo:
"Dios en el principio creo los cielos y la tierra, la tierra era un caos total y Dios dijo: "que exista la luz y la luz llego a existir"."
Esto simboliza que hombres y mujeres todavía en su interior continúan desordenados, es decir confusos, sin luz, sin dirección, sin saber qué pasos dar. ¿Te has sentido así? ¿Sin fuerzas, sin vida?.

Si tu vida está en tinieblas, caos y desorden, hoy Dios quiere motivarte a que le conozcas y te relaciones con Él. De seguro Él va ordenar tu interior.

martes, 23 de noviembre de 2010

Confía y tendrás paz

Jesús dijo en Juan 16:33
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo."
Dios no anda con vueltas ni nos promete un mundo color de rosa. Él es bien claro cuando dice que en el mundo hemos de tener aflicción.

Mucha gente va a decepcionarnos. Algunos que considerabamos amigos pueden llevarnos a la perdición. El pecado va a estar merodeando a nuestro alrededor pero Jesús dijo que confiemos en Él. La victoria de Cristo y lo que eso significa para la humanidad es más poderosa que cualquier circunstancia.

A partir de esto, la consecuencia de nuestra confianza ha de ser la paz, porque en Cristo somos más que vencedores y si bien podemos atravesar circunstancias difíciles, más importante que caerse es levantarse.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Somos hechura suya

En Efesios 2:10 está escrito:
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Es tierno leer este mensaje de nuestro Padre. Él nos dice que somos hechura suya. ¡Nada menos! El mismo Dios te hizo. Eres una creación del creador del universo.

Ahora, como seres humanos hemos sido predeterminados para las buenas obras. Sin embargo, esta orden natural fue quebrada cuando el hombre pecó y se alejó de Dios. Mediante Cristo Jesús podemos acceder de vuelta a nuestro verdadero propósito: las buenas obras.

Dios, en su voluntad le dio a cada ser humano un propósito. Solo tienes que descubrirlo. ¿Cómo? Mediante la oración, la meditación en Su palabra, mediante esa relación que uno tiene con su Padre Celestial. Recuerda que eres hechura de Dios y por lo tanto tienes el genoma del creador del universo en tu ADN.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Superar la culpa

Los creyentes en Cristo, en ocasiones, batallamos con el desánimo y la culpa por las cosas que hemos hecho mal. Algunos por los errores que cometieron antes de recibir a Jesús como Salvador. Pero, ¿qué dice la Biblia acerca de la perspectiva de Dios en cuanto a nuestra culpa?

Cuando ponemos la fe en Jesús como Salvador, somos limpiados por su sangre (Levíticos 17.11; Hebreos 9.14). Jesús puede sacarnos del estado de culpabilidad y de separación de Dios, a uno de perdón y aceptación por el Padre.

Nuestra culpa fue quitada, y la justicia de Cristo fue acreditada a nuestro favor (Romanos 5.17). Aunque es posible que tengamos que sufrir las consecuencias de nuestro proceder, ya no somos culpables delante de Dios.
Si permitimos que la culpa por los hechos del pasado se mantenga, tendremos una mente dividida y enfocada en el pasado. Algunos podrían dudar del amor de Dios y preguntarse: ¿Cómo puede Él amar a alguien como yo? Otros pueden sentirse indignos de ser sus hijos, y por ende alejarnos de Él. Los sentimientos de culpa pueden agobiarnos, agotar nuestras energías, y quitarnos el entusiasmo por el futuro.

Pero los hijos de Dios se levantan, vencen sus obstáculos y caminan hacia adelante sin mirar atrás, porque han experimentado la victoria de Cristo en sus vidas.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El enojo, los celos y la envidia

Dice en 1 Samuel 18:6-8
Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.
Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían:
Saúl hirió a sus miles,
Y David a sus diez miles.
Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino.
La victoria de David contra Goliat se produjo como resultado de la fe del joven hacia Dios. Pronto corrió por Israel la noticia de que un chico llamado David había derrotado en batalla a un gigante de nombre Goliat.

El júbilo del pueblo de Israel fue tal que cantaban y danzaban. Esto motivó el enojo del rey Saúl, quien no había tenido la valentía para enfrentar al gigante que amenazaba su ejército.

Además, los celos fueron consumiendo a Saúl. El rey veía que la figura de David era más admirada por el pueblo que la suya y comenzó a tener envidia del joven.

No dejes que el enojo, los celos o la envidia se enseñoreen de tu mente. Pídele a Dios que moldee tu carácter para que donde haya ira Él ponga paz. El Espíritu Santo puede cambiar los celos por gozo y la envidia en acción de gracias. Pero tu corazón debe estar predispuesto. ¿Lo está?

martes, 16 de noviembre de 2010

Ser tentados

 Está escrito en 1Corintios 10:13
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”
La tentación es la herramienta que tiene el diablo para hacernos caer. Él utiliza cualquier situación, cosa o persona que pueda desestabilizarnos en nuestro camino a la santidad para que pequemos.

Como hijos de Dios, es necesario que le pidamos a nuestro papá que no nos deje caer en la tentación. Que nos dé las fuerzas para resistir o huir de la tentación, según la que sea. Precisamente Jesús, en la oración que nos enseñó, agregó estas palabras: "...no nos dejes caer en tentación...".

Es importante identificar las herramientas que el diablo utiliza para tentarte. Puede ser la televisión, alguna revista, alguna persona o situaciones en la que tendemos a caer. A partir de esto, pídele a Dios que te libre de la tentación y te dé las fuerzas para soportarla.

Recuerda que eres un hijo de Dios y que al que está afirmado en Cristo Jesús, el maligno no puede tocarle ni un pelo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

La visión

"Vé, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre." Isaías 30:8 

Si Dios te dio una visión grande es porque tenés potencial suficiente para alcanzarla y llevarla adelante. Dios es un Dios de amor, quiere bendecirte y llenarte de prosperidad y abundancia,

Él desea que avances hacia tus sueños,  es por eso que te ha dado todas las capacidades para lograrlo, en base a las siguientes pasos. Ten en cuenta lo siguiente: 

- Detente por un instante y comienza a imaginar tu sueño con tu mente, tu corazón, tu espíritu.
- Buscá en Dios cuál es el propósito y el sueño por el cual Él te creó.
- ¿Qué es aquello que te moviliza y te llena de fuerzas?,
- ¿Qué fue lo que siempre pensaste hacer y aún no comenzaste?
- ¿Cuál es tu pasión?
- ¿Cómo te ves en ese sueño?
- Tu sueño te  hará  ser  una  persona única, diferente a  los demás.
- Tu sueño dará significado a tu vida.
- Esa visión te hará ir más allá de la razón y te inspirará para no bajar los brazos ante el primer obstáculo.

Vé en pos de la visión que Dios te dio y no te detengas ni mires atrás. Si Dios aún no te dió una visión, un sueño o un propósito, es tiempo que busques de su presencia para que se manifieste a tu vida y te muestre lo que tiene guardado para ti.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Derramaré de mi Espíritu

En el libro del profeta Joel, en el versículo 2:28 dice: 
“Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán  sueños los ancianos y visiones los jóvenes”.

El poder y la unción de Dios pueden venir a nosotros de una sola manera: a través del Espíritu Santo. Es el Espíritu de Dios el que nos llena de poder para vivir una vida sobrenatural y ver los milagros de Dios en nuestro día a día.

Los sueños, las profesías, las visiones de las que habla Joel son consecuencia del derramamiento del Espíritu Santo en los hijos de Dios. Note que el poder de Dios no discrimina edades pues se refiere a los jóvenes y a los ancianos, a hombres y mujeres. Es decir, la edad que tengas no es excusa para no servirle a Dios.

Si quieres recibirle al Espíritu Santo, pídele a Dios que su Espíritu venga sobre ti con poder. Clámale al Padre para que su Espíritu se derrame sobre tu vida.

martes, 9 de noviembre de 2010

Familia de Dios

"porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios."
Efesios 2:18-19

El ser humano nace y vive con una naturaleza pecaminosa. El pecado está en nosotros, en nuestros genes y en nuestro espíritu. Este se ha reproducido de generación en generación a lo largo de los siglos.

Sin embargo, con la obra redentora de Jesucristo, el ser humano volvió a encontrar el nexo que lo unía al Padre, su Creador. Ese nexo es precisamente el Hijo de Dios, Jesús. Él mismo dijo que es el camino, la verdad y la vida y que nadie va al Padre si no es por él.

Al invitarle a Jesucristo a nuestro corazón y recibir su perdón, inmediatamente dejamos de ser extranjeros o forasteros en el reino de los cielos. A partir de ese momento somos ciudadanos con identidad propia en Cristo Jesús.

También dice la palabra que pasamos a ser miembros de la familia de Dios. Si hoy quieres pasar de muerte a vida, de pecado a santidad, de las tinieblas a la luz, entonces toma la decisión de invitarle a Cristo a tu vida. Inmediatamente serás parte de esta gran familia.

Libres de verdad

En Juan 8:36 está escrito: 
"Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres."

¿De qué podría liberarnos el Hijo de Dios? ¿Qué nos está oprimiendo? ¿Qué nos tiene cautivos? El pecado es lo que nos tenía atados a la muerte. Jesús dijo que todo aquel que hace pecado, esclavo del pecado es.

Pero así mismo, Él vino a romper esas cadenas y a liberarnos. Una vez que el yugo del pecado se quiebra en nuestras vidas, tenemos la libertad de servirle a Dios con todo nuestro ser.

Esa libertad que solo Cristo la puede dar es la que en Experiencia en Vida deseamos que tengas. Libertad para ser sano de las enfermedades que te tienen postrado. Libertad para prosperar y salir de la miseria y la pobreza. Libertad para comenzar o recomponer una relación con otra persona.

Ser verdaderamente libre depende de ti. Decídete por seguirle a Jesucristo y el pecado que te esclaviza se va a ir de tu vida.

lunes, 8 de noviembre de 2010

3 claves del día

Dice la Palabra de Dios en  2 de Corintios 13:14
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén"

Existe tres cosas de las que en este día no deberíamos prescindir. Una de ellas es la gracia de Cristo. No la merecemos, no es nuestra, pero Dios nos la pone a disposición. La gracia es aquello que nos permite como seres humanos imperfectos que somos entrar en la presencia de Dios sin temor.

El amor de Dios tampoco nos debe faltar. Puede que a tí no te falte amor, pero la persona que está a tu lado quizás esté pasando por un momento difícil. No dudes en mostrarle el amor de Dios. Si Dios tanto nos amó a nosotros, ¿porqué no deberíamos amar nosotros al prójimo de igual manera?

Hasta aquí, la gracia de Jesucristo y el amor de Dios no pueden faltarnos, pero hay otra cosa imprescindible: la comunión con el Espíritu Santo.

Si hay un condimento que puede hacer que nos mantengamos en la presencia de Dios, es la comunión constante con el representante de Dios en la tierra. Jesús dijo que enviaría a un ayudador y a un consolador que es el Espíritu de Dios.

Aprovecha este día para pedirle a Dios que su gracia nunca te falte, que su amor abunde en tu vida y que tu comunión con Su Espíritu sea ininterrumpida.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Gloria y unidad

"Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno." Juan 17:22

Es el propósito de Dios que su Iglesia esté unida y que disfrute de todas las bendiciones espirituales y materiales que Él brinda a sus hijos.

Esa misma gloria que Dios tiene quiere extenderla a nosotros, sus hijos. En esa gloria no hay pecados, hay santidad, no hay enfermedades, hay sanidad, no hay opresión, hay libertad. Ya no andamos en derrotas sino en victorias, ya no somos insignificante porque para Dios somos significantes. Esa gloria es la que Dios quiere que también sea nuestra.

Pero para alcanzar esa gloria Dios exige unidad. Por eso Jesús expresaba su deseo de que seamos uno, así como Él es uno con Dios. La misma unidad que hay entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se debe reflejar en la Iglesia de Jesucristo. De esta forma, veremos manifestada su gloria en nuestras vidas y en nuestras respectivas iglesias.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Amar al enemigo

"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen"

Mat 5:43-44

El ejemplo que Jesucristo dio es contundente. Sus palabras se vieron concretadas posteriormente cuando lo arrestaron y condenaron a muerte.

El mismo principio de amor se aplica hoy a nuestras vidas. Probablemente tú tengas enemigos que están asechándote. Hay muchas opciones. Puedes tomar el camino de la violencia, de odio, de la indiferencia, puedes escaparte o puedes hacer huir a tus enemigos. Pero la opción más acertada la dio Jesús hace dos mil años: ama a tus enemigos.

El poder del amor es tan grande que puede quebrar el odio, el rencor, los celos, la envidio e incluso la ira. La receta de Jesucristo incluye bendecir a los que nos maldicen, hacer el bien y los que nos aborrecen y orar por los que nos ultrajan y persiguen.

Si hoy quieres dar un paso de amor, elige amar a aquellos que te odian. Elige bendecir a quien te maldice. Dios va a obrar en el corazón de esas personas.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mi fe no tiene límites

Quizás juzgue a mi fe débil o fuerte. Ésta es fortalecida por medio de la oración .También debo asegurarme de que la dirijo correctamente.

Utilizo mi fe cuando oro por sanación, la utilizo cuando me preocupo por un ser querido. Mi intención al orar es tener un resultado positivo, así que decido evaluar los sentimientos que tengo cuando oro. Mi fe esta puesta en dios y quiero alcanzar la FE de Dios

Dejo ir cualquier sentimiento de ansiedad y oro con un sentimiento de paz y fe en lo bueno. Me aquieto e imagino sólo los mejores resultados posibles. Pues mi FE no tiene limite, y la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento humano.

Creo firmemente que estos resultados surgirán. Al utilizar intencionalmente la fe, mi mente y corazón están en paz y mi confianza en Dios se fortalece.
"Entonces Jesús dijo al centurión: “Vete, y como creíste te sea hecho.” Y su criado quedó sano en aquella misma hora." Mateo 8:13

martes, 2 de noviembre de 2010

Él me guiará

"Jehová es mi pastor, nada me faltará. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre." Salmo 23:1, 3  
Al acudir a Dios en oración, sé que mi camino es seguro y guiado por el Espiritu Santo. Es una bendición y un privilegio entrar a la presencia de Dios, en oración.en el nombre de Jesus Tomo tiempo cada día para aquietar mis pensamientos y enfocar mi atención en la Presencia. Cuando enfrento una decisión difícil, el camino más directo para encontrar la respuesta es orar.

Pido guía, tanto por las decisiones importantes como por las momentáneas, y presto atención al silbo apacible y delicado del Espiritu Santo en mí.

Bien sea que mi guía provenga como un sentimiento urgente o por medio de la sugerencia de un amigo, sé que está dirigida a mí. Estoy en paz cuando actúo según esta dirección. Confío en que las bendiciones fluyen, y que todo obra para mi mayor bien. Gracias Jesus por tu presencia en mi vida.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Gozo en el Espíritu

Al mirar mi vida en retrospectiva, quizás note cómo mi ánimo ha subido y bajado. A lo mejor recuerdo días de profunda tristeza y otros rebosantes de alegría. Han habido períodos de optimismo y momentos de pesar. Estar consciente de mis emociones crea una entrada para el cambio.

Al vincularme con el Espíritu, siento que la paz, el amor y la felicidad fluyen por medio de mí. Me doy cuenta de que cuando cambio mis pensamientos, mis emociones cambian. Cuando siento tristeza, miedo o ansiedad, recuerdo que puedo escoger mantener mi mente y corazón a tono con el Espíritu. Cada uno de mis pensamientos, palabras y acciones es una expresión del Espíritu que está en mí.

"Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo." Romanos 14:17