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miércoles, 12 de mayo de 2010

FE Y LUEGO ALEGRIA

Ayer vimos la promesa que Dios le hizo a Abraham. Ahora mi querido lector, qué tal si en lugar de escribir el nombre de Abraham en este texto bíblico escribiéramos su nombre, de tal manera que se leyera por ejemplo:

Gen 12:1 Pero Jehová había dicho a (su nombre:..............): Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Gen 12:2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Gen 12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

¿Le gustaría contar con todas estas promesas de parte del Señor para su vida? ¿Ser un Abraham del siglo XXI? ¿Transformarse en un líder de naciones? ¿Ser bendito y ser de bendición? ¿Que por voluntad de Dios su nombre sea reconocido en las naciones y quede grabado en la historia? ¿Que sus herederos posean la tierra? Pues bien, ciertamente usted es heredero de esta promesa. Es decir, usted puede apropiarse de esta promesa y decretarla para su vida

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