Dios conoce tu situación y como dice en Isaias 63:9: que en toda angustia de ellos. Él fue angustiado; El se identifica con tu dolor, por eso dice: Vengan con todo lo que tienen, problemas familiares, sentimentales, de estudios o de trabajo y yo les daré reposo, les daré descanso.
Orar es derramar el corazón. No es repetir frases mecánicas mientras nuestra mente divaga en otras cosas. Orar es hablar con entendimiento, consistentes que estamos hablando a un ser inteligente, aunque no lo vemos esta presente donde todo aquel decida buscarle de corazón.
El Señor dice: “...el que a mí viene yo no le echo fuera”. (Juan 6:37)
Si lo buscamos Él va a estar ahí, nos va a recibir y no nos va ignorar. Es por eso que debemos hacer oraciones no de labios, sino de corazón, oraciones que podamos recordar y reconocer su respuesta.
La mayoría del tiempo cuando oramos, nos enfocamos en nuestras fallas pasadas. Repasamos nuestras derrotas una y otra vez, diciendo, “Oh, cuánto podría ya haber recorrido si no le hubiese fallado a Dios y si no hubiese errado en mi pasado.”
Olvidate del pasado y ora al Señor de todo corazón y con todas tus fuerzas.
Oración: Padre te alabo y te bendigo y te doy toda la gloria la honra y el honor a ti Dios todopoderoso. Te pido perdón por todos mis pecados y perdóname a los que le he hecho pecar. Te entrego el dia de hoy y mi carga para descansar en ti, Guarda mi Salud y la de mis seres queridos. En el nombre de Jesús envía tu Ángeles para que me protejan a mí y a las personas que quiero y aprecio. Provéeme y cubre todas mis necesidades por que TÚ eres mi ayudador personal. Hoy te pido que me concedas el deseo de mi corazón. Amen
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