Continuando con el mismo tema de ayer, nuestra mente debe ser renovada por el poder transformador del Espíritu de Dios. Es una tarea muy grande pero que con ayuda de Dios se puede lograr. A usted le corresponde mantener sus pensamientos puros de acuerdo a la Palabra de Dios.
¿Cómo lograrlo? No es una tarea sencilla, pero como dijimos anteriormente: con ayuda de Dios se puede alcanzar. Para renovar nuestra mente, debemos llenarnos de la presencia de Dios y de su Espíritu Santo. Cuando tenemos un encuentro con Dios, nuestro concepto de Él cambia totalmente. A partir de ese encuentro, debemos mantener una relación íntima con Dios. En Su presencia, es donde nuestra mente es renovada.
Por esta razón es importante priorizar nuestro tiempo devocional a Dios. Esos 10, 15 o 30 minutos en los que estamos solos con Dios, orando, leyendo Su Palabra, son los que nos ayudan a cambiar nuestra cosmovisión de la vida. De esta forma, veremos concretada la palabra escrita en Romanos 12:2.
Antes de finalizar el día, tómese unos minutos y lea estos versículos bíblicos. Estos pasajes hacen referencia a nuestro tema y le servirán para reflexionar y transformar sus pensamientos: Gálatas 5:19-21, Romanos 12:2, 2 Corintios 5:17, 3 Juan 2, Proverbios 4:23, 1 Tesalonicenses 5:23, 2 Timoteo 1:7, Isaías 26:3.
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