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lunes, 22 de marzo de 2010

GRATITUD I 22 MARZO 2010

"Si te quejas por lo que no tienes y no agradeces lo que si tienes, es que no estás preparado para recibir más."

La palabra de Dios dice en Lucas 17:11-19 "Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado."

El común denominador en estos pasajes es la gratitud. Primero vemos como, de los diez hombres sanados, solamente uno volvió para dar gracias, y era samaritano (en aquella época los samaritanos estaban confrontados con el resto de los israelitas y era discriminados).

Jesucristo, en su gran misericordia, sanó a estos diez leprosos. Antes de limpiarlos, Él ordenó a ellos que vayan a mostrarle a los sacerdotes el milagro. En el camino, todos fueron sanados pero uno de ellos, tan solo uno, al darse cuenta de su sanidad, volvió y le dio las gracias a Jesús.

Noten que luego Jesús le hace unas preguntas al samaritano, mientras este postrado, le estaba dando gracias. Luego, el Hijo de Dios le dice: tu fe te ha salvado. Es importante entender que los diez leprosos querían ser sanados de su enfermedad y lo fueron. Pero solo uno quiso "algo más" que solo ser sanado físicamente. El samaritano tuvo una motivación diferente y una actitud de gratitud que los otros no tuvieron y Jesús tuvo consideración de eso. Por esta razón, luego de ser sano este hombre fue salvo.

Usted ¿A quién es igual? A los 9 que fueron sanados y no volvieron, o al uno que en medio del camino se dio cuenta del milagro que Jesús, el Hijo del Dios Altísimo había hecho en su vida y volvió para darle las gracias, postrarse y adorarle. Debemos ser personas agradecidas y más todavía con aquel que nos creó. Esa es la fe que salva

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