Páginas

viernes, 1 de octubre de 2010

MEDITA

Dice el Salmos 19:14: Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Quizás no esté siempre consciente del monólogo continuo que tiene lugar en mi mente. A veces mis pensamientos pueden dar un vuelco y perderse al examinar el pasado o preocuparme por el futuro.
Hay una manera mejor: mi práctica diaria mi comunión de oración con Jesús. Mi meditación  prepara la base para una conciencia mayor en todo momento. Esta conciencia me ayuda alejarme de cualquier pensamiento negativo y repetitivo.
Al volverme receptivo a la inspiración divina del Espíritu Santo, tomo control sobre mi mundo interno de pensamientos. Si viene a mi mente alguna necesidad me aquieto y guardo silencio -consciente y atento a la presencia guiadora de Dios en mi. 
No existe circunstancia a temer. Jesús me ama, Dios está en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario