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lunes, 4 de octubre de 2010

Ahora

El libro de Hebreos 13:8 dice:
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.”

Todos tenemos un pasado que quisieramos ocultar o borrarlo. Todos hemos cometido pecados que si conocemos a Cristo, estaríamos seguramente muy arrepentidos. En el pasado pudimos haber tomado malas decisiones o probablemente algunos han incursionado en actos pecaminosos. Quizás cometiste errores por los cuales hoy aún estas pagando las consecuencias.

Sin embargo, hoy con Jesús en el corazón, tenemos la posibilidad de sepultar el pasado. Nuestra cosmovisión de la vida ha de ser transformada de acuerdo a los principios y valores del Reino de Dios. Esa decisión de entregarle a Jesucristo tu vida, puede transformar tu entorno, incluso tu familia y a tus seres queridos. El Espíritu Santo que viene sobre tí y te guiará y vas a mirar hacia adelante, ya nunca más hacia atrás. Esto porque estarás más ocupado en lo que a Dios le importa que estés ocupado y ya no en lo que el mundo te ofrece para ocupar el tiempo. 

Con Cristo el ayer es historia, el presente es para decidir y el futuro para cosechar las bendiciones de nuestras buenas decisiones. Lo seres humanos podemos cambiar día a día, pero Jesús es el mismo. Pasen los días, los meses, los años y los siglos, nunca pasará el poder que tiene el nombre de Jesús. 

Toma hoy, ahora mismo, la decisión de poner los pensamientos limitados del pasado donde corresponden: en el pasado. Mira a tu futuro. Comprende que éste es un llamado de Cristo para vivir más plenamente.

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