Al mirar mi vida en retrospectiva, quizás note cómo mi ánimo ha subido y bajado. A lo mejor recuerdo días de profunda tristeza y otros rebosantes de alegría. Han habido períodos de optimismo y momentos de pesar. Estar consciente de mis emociones crea una entrada para el cambio.
Al vincularme con el Espíritu, siento que la paz, el amor y la felicidad fluyen por medio de mí. Me doy cuenta de que cuando cambio mis pensamientos, mis emociones cambian. Cuando siento tristeza, miedo o ansiedad, recuerdo que puedo escoger mantener mi mente y corazón a tono con el Espíritu. Cada uno de mis pensamientos, palabras y acciones es una expresión del Espíritu que está en mí.
Al vincularme con el Espíritu, siento que la paz, el amor y la felicidad fluyen por medio de mí. Me doy cuenta de que cuando cambio mis pensamientos, mis emociones cambian. Cuando siento tristeza, miedo o ansiedad, recuerdo que puedo escoger mantener mi mente y corazón a tono con el Espíritu. Cada uno de mis pensamientos, palabras y acciones es una expresión del Espíritu que está en mí.
"Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo." Romanos 14:17
No hay comentarios:
Publicar un comentario