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viernes, 12 de noviembre de 2010

Derramaré de mi Espíritu

En el libro del profeta Joel, en el versículo 2:28 dice: 
“Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán  sueños los ancianos y visiones los jóvenes”.

El poder y la unción de Dios pueden venir a nosotros de una sola manera: a través del Espíritu Santo. Es el Espíritu de Dios el que nos llena de poder para vivir una vida sobrenatural y ver los milagros de Dios en nuestro día a día.

Los sueños, las profesías, las visiones de las que habla Joel son consecuencia del derramamiento del Espíritu Santo en los hijos de Dios. Note que el poder de Dios no discrimina edades pues se refiere a los jóvenes y a los ancianos, a hombres y mujeres. Es decir, la edad que tengas no es excusa para no servirle a Dios.

Si quieres recibirle al Espíritu Santo, pídele a Dios que su Espíritu venga sobre ti con poder. Clámale al Padre para que su Espíritu se derrame sobre tu vida.

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