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jueves, 18 de noviembre de 2010

Superar la culpa

Los creyentes en Cristo, en ocasiones, batallamos con el desánimo y la culpa por las cosas que hemos hecho mal. Algunos por los errores que cometieron antes de recibir a Jesús como Salvador. Pero, ¿qué dice la Biblia acerca de la perspectiva de Dios en cuanto a nuestra culpa?

Cuando ponemos la fe en Jesús como Salvador, somos limpiados por su sangre (Levíticos 17.11; Hebreos 9.14). Jesús puede sacarnos del estado de culpabilidad y de separación de Dios, a uno de perdón y aceptación por el Padre.

Nuestra culpa fue quitada, y la justicia de Cristo fue acreditada a nuestro favor (Romanos 5.17). Aunque es posible que tengamos que sufrir las consecuencias de nuestro proceder, ya no somos culpables delante de Dios.
Si permitimos que la culpa por los hechos del pasado se mantenga, tendremos una mente dividida y enfocada en el pasado. Algunos podrían dudar del amor de Dios y preguntarse: ¿Cómo puede Él amar a alguien como yo? Otros pueden sentirse indignos de ser sus hijos, y por ende alejarnos de Él. Los sentimientos de culpa pueden agobiarnos, agotar nuestras energías, y quitarnos el entusiasmo por el futuro.

Pero los hijos de Dios se levantan, vencen sus obstáculos y caminan hacia adelante sin mirar atrás, porque han experimentado la victoria de Cristo en sus vidas.

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