La duda es la palabra griega “aporeo” que literalmente significa estar sin camino, estar sin recurso, estar en apuros, estar confuso y perplejo llegando a estar ansioso y desesperado, estar entre dos caminos y no saber que hacer, no tener esperanza.
Los peores enemigos del hijo de Dios son la incredulidad y la duda. En la palabra de Dios encontramos un pasaje en el libro de Mateo 14:31 "Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?"
La duda es tan perversa que nos divide el pensamiento entre: confiar, desconfiar, me sanaré o me enfermaré, trabajaré no trabajaré, será o no será.
La decisión es tuya. La alternativa está entre la fe y el temor es la duda. Lo opuesto a la fe es el miedo. El miedo te llevará a dudar de Dios y de su palabra.
La palabra de dice en Santiago 1:6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que DUDA es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Si tenés duda en tu corazón sobre algo, confiésalo al Señor por medio de Jesucristo y pídele al Espíritu Santo que te guié.
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