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jueves, 30 de septiembre de 2010

Gozosos en el Espíritu

Dice la palabra de Dios en Filipenses 4:8 
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, ... si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

Cada mañana doy gracia a Dios por el nuevo dia que el creo y proclamo alegría, paz y experimento el gozo de su presencia en mi vida. Esta proclamación me llena de la presencia de Dios y activa mi comunicación con el Espíritu Santo de Dios

Cualquier momento es un buen momento para suscitar la energía de gratitud en nosotros. Comienzo por valorar dónde estoy en este momento. Esto puede ser tan sencillo como valorar la silla acogedora donde estoy sentado. Comienzo por considerar sus cualidades, el esfuerzo y la mano de obra empleados en su diseño y creación.

Continúo dando gracias a Dios por el aire que respiro y el movimiento y la fortaleza de mi cuerpo. Bendigo el trabajo ante mí y considero mi contribución para que se realice. Tengo un propósito y soy valioso. Mi trabajo refleja la actividad gozosa del Espíritu Santo en mí. El gozo fluye al apreciar cada aspecto de mis experiencias y doy bendición y soy bendecido.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Oiga

Dice la palabra de Dios en el libro de Marcos 4:9
“El que tiene oídos para oír, oiga.”
Ciertos sonidos conocidos nos alertan de lo que debemos hacer: El sonido del reloj despertador anuncia que es hora de comenzar el día. El sonido del teléfono nos indica que debemos responder una llamada. El timbre de la casa anuncia la llegada de un visitante. Siempre estamos receptivos y a veces pendientes en exceso a oír este tipo de sonidos.

Sin embargo, es en el sonido del silencio que recibimos la guía más profunda del Espíritu Santo de Dios. Descansamos silenciosamente en un lugar tranquilo y cómodo. Respiramos, nos relajamos y nos armonizamos con esa guía especial que nos llega. Es importante oír la voz y el susurro del Espíritu Santo en nuestra vida.

Nuestra fe en la guía divina se expande no tiene limites y aumenta nuestra receptividad a ella. Las soluciones y las respuestas se vuelven claras como el cristal. Con este tiempo en oración reflexiva, edificamos discernimiento y confianza. Somos bendecidos a medida que nos  movemos bajo la cobertura de nuestro Dios Jesús.

martes, 28 de septiembre de 2010

Busca la paz

Dice el Salmos 34:14
"Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela."

Cuando parece que algo falta en la vida, tal vez es porque hemos tomado una decisión equivocada, de la cual ahora nos arrepentimos. Quizás estábamos tratando de llenar un vacío con algo que se encontraba fuera de nosotros. Hoy como Hijos de Dios sabemos que eso no da resultado.

Lo que buscábamos, lo que necesitábamos, lo que ansiábamos estaba con nosotros desde el principio y no lo sabíamos. Cuando le aceptamos al Señor Jesús como Señor y Salvador de nuestras vidas nos encontramos a nosotros mismos. En Dios encontramos el camino y el nos llena de paz.

Cada día, al poner nuestra confianza en Dios, debemos dejar que el Espíritu Santo de Dios nos guíe. Debemos dejar ir cualquier ofensa pasada o presente. Al saber que siempre estamos en la presencia amorosa de Dios, sentimos paz y seguridad absolutas. Estamos en Dios y Dios está en nosotros.

Al centrar nuestra atención en la presencia moradora de Dios, llevamos nuestra vida como la expresión única de paz y amor a nuestros seres queridos. Sentiremos una seguridad y satisfacción interior de que estamos haciendo lo correct. Te animamos a buscar la paz en Dios y seguirla. No te vas a defraudar.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Llena tu valle

La palabra de Dios dice en el libro de Lucas 3:5 
"Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado. Los caminos torcidos serán enderezados, Y los caminos ásperos allanados; ”
El equilibrio de nuestras vidas en el ámbito laboral, familiar, social, en la rutina diaria puede ser extenuante y hasta a veces muy riguroso. Nuestra ambición por mantener todo bajo control puede llevarnos a la desesperación y la ansiedad, muchas veces terminando en la frustración. Esta condición puede derivar en la sequía espiritual. Pero, el hijo de Dios no debe tener preocupación por estas situaciones cotidianas.

Si mantenemos la vista puesta en el Espíritu Santo, el renovador de nuestra vida, la paz y el gozo vendrán a nuestro espíritu. Así también, debemos poner en manos de Dios cada aspecto que nos rodea. Entregándole a Él nuestro trabajo, nuestra familia, nuestra salud, nuestra economía, Dios podrá obrar y establecer su orden divino en nosotros.

Si centramos los planes y actividades en el orden divino que está siempre presente, se puede hacer todo con plenitud amor y gracia, sin cansancio ni presión. En otras palabras, lo hacemos con facilidad y gozo. Este orden divino solo demanda obediencia a la palabra de Dios, una entrega completa y absoluta de nuestro ser al Creador.

El orden divino asegura que tenemos provisión abundante de todo lo que precisamos. El tiempo y los recursos están disponibles para nosotros con suficiencia porque Dios se convierte en nuestro proveedor. Este orden divino, fluye con los eventos programados y no programados de la vida.

Es por eso Lucas cita las palabras de Isaías, hablando sobre los caminos torcidos que serán enderazados. Si hoy has descubierto que tu valle espiritual está seco, te invitamos a que puedas rogarle a Dios para que lo rellene, lo reverdezca y lo llene de vida. Si hasta este momento tus caminos eran torcidos o ásperos, te invitamos a que te tomes estos minutos para pedirle a Dios que los enderezca y los allane. Toda circunstancia o situación adversa, ponlas a los pies de Jesús, el autor y consumador de nuestras vidas para que Él pueda obrar un milagro en ti.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Atracción

La palabra de Dios dice en la carta escrita por Pablo a los Romanos 5:5 
"El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado."

Uno experimenta el amor de Dios en su corazón por medio del Espíritu Santo. Cuando enfoco mi atención en mi corazón y en el amor, me convierto inmediatamente en un imán, una fuerza poderosa que atrae más amor a mi vida y me alinea con el bien de Dios.

El amor divino tiene el poder de atraer armonía y abundancia a mi vida. El proceso comienza al dirigirme en oración y poner cualquier necesidad en manos de Dios. Al bendecir mis circunstancias, afirmo con fe el poder que tiene el amor de Dios para satisfacer los deseos de mi corazón.

El amor que expreso atrae relaciones personales afables y oportunidades que están de acuerdo con mis valores. Es por eso que creemos que el amor es una fuerza invisible que atrae bendiciones. Recuerda: Dios es amor.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Nuevas virtudes

Mi comportamiento debe estar de acuerdo con el hecho de que Dios me eligió, me amó, me santificó, por lo tanto debo manifestar todas las virtudes con las que fui favorecido, teniendo un corazón compasivo demostrando la misma misericordia de Cristo para conmigo, que vino en respuesta a mi necesidad, así debo sentir las penas y necesidades de las personas que me rodean.
"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia." Colosenses 3:12
Mis nuevas virtudes representan la obra santificadora del Espíritu Santo en mi vida. Esto forma parte de mi contínuo andar con Él. No se trata de un don, sino es el resultado de mi constante relación con Dios.

Las relaciones humanas fueron establecidas para ser cultivadas y alimentadas por el amor. Comencemos a practicar estas virtudes enseñadas por Dios en su Palabra y nos sentiremos plenos y satisfechos en nuestras relaciones con Dios y con los demás.

Tomo tiempo para la reflexión espiritual. Esta es parte importante de mi vida y un reflejo de quien soy,  una creación amada y honrada de Dios.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Gracia

¿Sabías que en Juan 1:16 dice lo siguiente?:
"De su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia."
En esta breve porción de la palabra de Dios, Juan afirma que la gracia viene de la plenitud del Creador. También enseña que ésta es más que una buena predisposición o favor impersonal de Dios. Dios acude con toda su provisión y poder ante nuestra necesidad, en la persona de Jesucristo.

La gracia es la presencia y el amor de Dios, que recibimos por el Espíritu Santo, quien imparte misericordia, perdón y el deseo y el poder para hacer la voluntad de Dios. Toda actividad de principio a fin depende de la gracia, por eso debemos desear y buscar con diligencia.
Cómo buscamos la gracia, estudiando y obedeciendo las Escrituras, al oir la proclamación del evangelio, al orar, al ayunar, al adorar a Cristo, al permanecer lleno del Espíritu Santo´y al participar en la cena del Señor,  a la gracia la hacemos eficaz mediante una fe sincera.

La vida ofrece muchas oportunidades de crecer, cambiar y elegir. Dios está presente en cada momento de nuestra vida con bondad, libertad, sabiduría, comprensión y todo lo que necesitamos.

Al tomar cualquier decisión o dirección, confío en la gracia divina. Vivo con calma y confianza y voy por mi camino en paz. Tengo la seguridad absoluta de que la gracia de Dios está igualmente presente en las vidas de las personas que son importantes para mí.

Estoy consciente de que la gracia me rodea y me sostiene siempre. ¡Qué manera tan poderosa de sentirme y de vivir!

martes, 21 de septiembre de 2010

Entusiasmo

"Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección, porque haciendo estas cosas, jamás caeréis." 2 Pedro 1:10
Al centrar mi atención en la presencia de Dios, en mí y en los demás, el entusiasmo comienza a aumentar. La fe en Jesús y la presencia del Espíritu Santo se expande en mi vida y no solamente uno se atrevo a soñar y a fijar metas, sino también a llevarlas a cabo.

Hago todo con entusiasmo y creatividad. Participo activamente en mis relaciones personales con familiares y amigos. Encuentro gozo en toda tarea que realizo. El Espíritu Santo que mora en mi, me guía en las tareas diarias con algo nuevo y emocionante. Mi ayudador me guarda de no caer en la vana manera de vivir.

Hoy y todos los días, planeo un viaje de descubrimiento en Cristo Jesús. Encuentro gran satisfacción de tener a mi lado al Espíritu Santo quien me ayuda en el diario andar de mi vida.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Gozo

La palabra de Dios dice en Santiago 1:2
"Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas."
Nunca necesito esperar por el gozo. Mi alegría no depende de alcanzar ciertas metas. No tengo que graduarme en la universidad o casarme para sentirme feliz. No necesito posponer mi gozo hasta que me haya retirado o alcanzado cierto nivel de éxito.
El gozo es un estado mental que surge de la comprensión y la gratitud de la presencia de Dios en mi vida.
Enfoco mi atención en el gozo que está presente en mi vida cada día. Cuando me despierto, dispongo sentirme alegre. A lo largo del día, doy gracias por las personas que comparten mi viaje. Al final del día, siento gratitud por toda experiencia.
Al pensar acerca de las bendiciones en mi vida siento que el gozo rebosa en mí. No pospongo mi felicidad. Elijo sentirme feliz en este mismo momento.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Orar por otros

La palabra de Dios dice en Colosenses 1:9.
"Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual."
Cuando un ser querido tiene una necesidad, lo primero que se puede hacer es orar. Poner la preocupación en manos de Dios y descansar en el silencio de una comunión sagrada. En estos momentos serenos y poderosos, enviamos amor al ser querido y sentimos como la seguridad y  el orden divino se establece.

La oración de intercesión es eficaz y directa. Esta conmueve a Dios en su misericordia. Debemos entender que la oración por otros es una poderosa bendición de Dios a favor de otras personas. Puede que no tengas la oportunidad de ayudar a otros, mas siempre puedes contribuir con tu oración.

Debemos acudir a Dios y orar, con fe, creyendo que la oración desata el amor, compasión, comprensión y misericordia de Dios, Nuestra actitud de oración de fe, desata la paz sobre la vida de la persona por quien estamos intercediendo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Luz de Cristo

La palabra de Dios dice en Juan 1:6-7
"Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él."
Al tener una idea o una comprensión espiritual nueva, siento que la luz que es Cristo Jesús ilumina mi mente y despierta mi espíritu. Cuando necesito guía acudo a mi interior, a la luz, que es Jesús y siempre está presente. Esta luz guiadora me dirige con confianza a través de cualquier reto.

Mientras estoy en meditación, o inclusive cuando estoy ocupado, puedo tener una idea que me revele un canal para la paz y la prosperidad o que me ofrezca la solución perfecta para una situación difícil.

En consecuencia tengo mayor comprensión espiritual para manejar los acontecimientos que se desarrollan en mi vida o en las vidas de mis seres queridos.

La luz, Cristo Jesús, ilumina mi mente con nuevas ideas y nueva comprensión según pueda aceptar libremente el evangelio. No hay otra luz por la cual pueda ver la verdad.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bendigo mi cuerpo

"Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente." Salmos 16:9
Cada parte de mi cuerpo es una creación única que encaja perfectamente con el todo. El cuerpo es un regalo de Dios. ¿Ha elevando una oración de gratitud por su cuerpo, de la cabeza a los pies? Bendiga cada parte de su cuerpo y dele gracias a Dios por hacerlo tal como lo hizo: único.
Si hay un área de mi cuerpo que necesita sanación, envíele bendiciones especiales, invocando la vida perfecta de Dios que mora en ella. Pida perdón al Creador por las maneras en que quizás no haya honrado o apreciado en el pasado el cuerpo que Él le dio.
Doy gracias por el maravilloso servicio que mi cuerpo me presta. Con nuevos ojos de amor, veo mi cuerpo como fue creado por Dios, saludable y perfecto.

martes, 14 de septiembre de 2010

Vida nueva

En el 2° libro de Pablo a los Corintios, en el capítulo 4 versículo 16 dice:
“Por dentro nos renovamos día a día”
Cada mañana, tenemos la habilidad de levantarnos y comenzar un nuevo día con una actitud fresca, nueva y positiva. No estamos atados a condiciones, patrones, ni maneras antiguas. Cristo en nosotros hace todas las cosas nuevas, es decir, nos renueva día a día.

Gracias a este poder, creamos un nuevo yo, y emprendemos una vida nueva. Somos creativos e innovadores y demostramos receptividad. Expresamos nuevas ideas y aceptamos perspectivas que nunca antes consideramos. Al hacer esto, abrimos la puerta a nuevas maneras de pensar, sentir y ser.

Cristo en nosotros es vida y energía en abundancia. Cristo en nosotros es nuestra fe y esperanza. Cualquier día, podemos dejar ir sentimientos negativos y reemplazarlos con buena voluntad, paz y prosperidad. La búsqueda de una vida nueva comienza con cada uno de nosotros cuando buscamos la vida nueva que nos da Cristo Jesús.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Yo soy...

Las afirmaciones son palabras de vida, amor y sabiduría. Son verdades que están arraigadas de la presencia de Dios en la vida de cada persona. En Éxodo 3:14 está escrito:
“Yo soy el que soy”.
Con esta expresión verbal, Dios quería demostrarle a Moisés que era mucho más que solamente una voz retumbante. Esa palabra estaba cargada de poder. Esta es una ley espiritual que rige en el mundo. Es decir, cualquier palabras que decimos tiene un poder que puede desatar una bendición o una maldición.

Si afirmamos  “Yo soy  un hijo  de Dios” tenemos vida divina en expresión. Cada célula de mi cuerpo despierta a esta verdad. Al unirme al Espíritu de Dios en mí, todo mi cuerpo responde con nuevo vigor. Yo soy amor divino en expresión. Creo un vínculo sagrado con los demás. El amor unifica mis relaciones personales y evoca respeto y aprecio mutuo. 

Así también soy sabiduría divina en expresión. Estoy alerta y siento confianza donde quiera que estoy y en todo lo que hago. La presencia de Dios en nuestras palabras tiene poder para sanar, crear y renuevar. Aprovecha este poder que Dios nos dio proclama lo que tú eres:
  • Yo soy un hijo de Dios
  • Yo soy sano en el nombre de Jesús
  • Yo soy libre de toda maldición
  • Yo soy perdonado por Cristo Jesús
  • Yo soy todo lo que Dios quiere que sea.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Mi fe no tiene límites

No hay límites para lo que puedo lograr o vencer cuando enfoco mi atención en Dios como la fuente de todo lo que necesito. Cualquiera que sea el reto que surja en mi vida o en el mundo, mi fe me ayuda a superarlo. Dios es la fuente de mi fortaleza, valor, vitalidad y paz.
Al pensar en la familia, los amigos y toda la humanidad, recuerdo que Dios también es la fuente divina de todo lo que ellos necesitan. Pongo cualquier preocupación a Su cuidado amoroso y siento gratitud.
El recordar que Dios es nuestra fuente única, me cambia profundamente y me da la confianza para atreverme a exclamar: ¡Mi fe no tiene límites! Y con fe, me convierto en un agente para el cambio positivo para mi país y el mundo.
La palabra de Dios dice en 2 Corintios 5:7 
"(porque por fe andamos, no por vista)"
A esto debemos apuntar, a andar en fe. Que lo que percibo con mis sentidos no apague mi fe. Que la vista no sea el límite hacía la creencia de algo sobrenatural. Nuestra fe no tiene límites.

jueves, 9 de septiembre de 2010

En la quietud

Al cerrar los ojos para orar o meditar, todo se aquieta. El simple hecho de cerrar los ojos abre mi corazón a Dios. A medida que mi corazón se abre, disfruto del amor, compasión y consuelo profundo.

No necesito buscar a alguien o algo para sentir consuelo. Lo único que tengo que hacer es recordar mi unidad con Dios y con la naturaleza siempre presente de su amor. Recuerda que el Espíritu Santo es el consolador que Dios envió a la tierra para ayudarnos en las aflicciones.

Deja ir toda preocupación, consciente de que la mejor respuesta será evidente para ti. Deja ir toda inseguridad y duda. Al sentir el amor de Dios, sé que todo está bien. Estoy a salvo y plenamente protegido. Cada día tomo tiempo para aquietarme y orar. En el silencio, siento el consuelo de un amor infalible. 

En Salmos 107:30 dice 
"Luego se alegran, porque se apaciguaron, y así los guía al puerto que deseaban"

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Preocupaciones

La palabra de Dios dice en libro de Lucas 12:22-23
“No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que le vestido”.  
Las preocupaciones influyen en la circulación de la sangre, en el corazón, en las glándulas y en todo el sistema nervioso; perjudican la salud en gran manera. No conozco a nadie que haya muerto por exceso de trabajo, pero sí a muchas personas que no viven en paz a causa de las preocupaciones que tienen. Esta condición psicológica originada por los problemas deriva en somatizaciones como cuadros estrés y alteraciones en nuestro sistema circulatorio. Quisiéramos recordar lo que el Señor Jesús dijo al respecto:

“Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿ No valéis vosotros mucho más que las aves?  (Lucas 12:24).
Preocuparse es vano:
“¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aún lo que es menos, ¿por qué os afanáis por los demás?”  ( v.25-26).
Las preocupaciones demuestran incredulidad:
“Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuántos más a vosotros, hombres de poca fe?” (v.28)
Las preocupaciones son superfluas:
“Vosotros, pues, no os preocupéis... ni estéis en ansiosa inquietud... vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas” (v.29-30).
El miedo siempre tiene al yo como punto central; en cambio la fe se concentra en Dios. Cuando el Señor Jesús vivió aquí en la tierra, jamás se dejó dominar por las preocupaciones y el temor; nunca hizo algo precipitadamente; siempre hizo la voluntad de su Padre.

martes, 7 de septiembre de 2010

Redescubrir

Muchas veces, cuando nos acomodamos en la vida, experimentamos una sensación de vacío y falta de emociones. A pesar de estar llevando una vida consagrada a Dios, a la oración y la vocación que Él puso en nuestro corazón, esto puede ocurrir. Es así que experimentamos a veces la angustia y la insatisfacción con nuestra identidad, aunque nuestra situación no sea mala.
Estos momentos son importantes para nuestro crecimiento. Hacemos muchas cosas que son buenas, pero de un modo tan rutinario que ya no disfrutamos de ellas.
Son sequías que nos hacen redescubrir cuan rica es el agua de todos los días. Por eso  nos viene muy bien estos momentos de angustia, que exigen una parada. Un revaluar todo Un empezar de nuevo. Provocar cambios donde ya no se deba volver a lo mismo. 
A esto llamamos crisis, que es verdaderamente purificación. Y así vale decir ¡Viva la angustia!, ¡Viva la crisis! Porque nos ayudan a rememorar el motivo principal de lo que estamos haciendo y redescubrir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
No en vano Dios le repetía constantemente a Moisés y a su pueblo lo que dice en Éxodo 20:2
"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre."
Por eso no hay otro camino sino recurrir a Él, y permitir que Él  este a nuestro lado, bien juntito. Mediante el Espíritu Santo, Dios va a inyectarnos energías nuevas, fuerzas como las del búfalo y volveremos a recobrar el gozo.
Cualquiera sea la angustia que estas pasando, esta es tu oportunidad de redescubrír tu identidad. Da gracias  a Dios, cualquiera sea tu problema. El es mayor que tu situación.

lunes, 6 de septiembre de 2010

De Él viene mi socorro

¿Qué hacer con nuestros problemas? Cuando surge una dificultad, ¿nuestro primer impulso es acudir al Señor y decirle: Señor, tengo un problema y te lo traigo a ti?
Primeramente corremos a todas partes en busca de ayuda; dejamos al Señor a un lado y nuestra confianza no esta en él.
La Palabra dice: 
“Esperad en él en todo tiempo” (Salmo 62:8)
Esto debemos hacerlo tanto cuando el cielo está sereno como cuando ruge la tempestad.
Dios nos habla. Quizá nos envía una circunstancia difícil porque hemos caído en un estado de sueño espiritual en el que Dios no tiene lugar en nuestra alma. Él quiere despertarnos.
Cuando uno confía en Dios, no se desespera; ora y aguarda en silencio que él le muestre lo que debe o no debe hacer.
Dios sabe quiénes confían en él, pues sus ojos “contemplan toda la tierra” (2 Crónicas16:9). La expresión “los ojos del Señor” corresponde al perfecto conocimiento que Dios tiene de todo lo que ocurre en cada instante en mi corazón y del lector.
¡Quiera Dios que podamos confiar en él para todo y en todo tiempo! Si pasamos por una prueba, acudamos inmediatamente a nuestro buen Dios y Padre. Él nos ama y desea ayudarnos. Si nos hallamos en una situación inextricable, de la cual no sabemos cómo salir, levantemos los ojos hacia nuestro Dios; de él viene el socorro.
"Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre."
Salmos 121:1-8

viernes, 3 de septiembre de 2010

El estado del corazón

La palabra de Dios dice en el libro de Salmos 31:24
"Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.". 
Dios le desafía los que esperan en Él a que se esfuercen al máximo. ¿Quiénes son estas personas? Son aquellos que en todo momento están pendientes de la bendición de Dios. Los que oran y esperan pacientemente la respuesta a sus oraciones. Los que perseveran, los que no bajan los brazos, aquellos que luchan sin desmayar.

Puede ocurrir que nuestro corazón se desaliente por diversas circunstancias de la vida pero Dios también: Tome aliento tu corazón. Él es quien nos da las fuerzas para seguir adelante cada día.

Por esta razón es importante preguntarse: ¿cómo está tu corazón? ¿está desanimado? ¿está alegre? ¿cree en el poder de Dios? o ¿está frustrado? Te animamos a levantar la vista y mirarle fijamente a Dios. Él es nuestro Padre Celestial y a Él hemos de seguir. Que tu corazón tome aliento y vuelva a animarse porque Dios va a hacer milagros en tu vida.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Espera

"Espera en Jehová; Ten valor y afianza tu corazón." (Salmo 27: 13.)
La palabra de Dios nos enseña que cuando nos ponemos a esperar  en  Dios,  antes  tendríamos  que  decidir  que  esperaremos  en  El con la más confiada expectativa de que se presentará a nosotros y nos bendecirá.
Deberíamos estar convencidos de que nada hay tan seguro como  que  el  esperar  en  Dios  nos  traerá  bendición  incontable e inesperada. 
Estamos  tan  acostumbrados  a  juzgar  a  Dios  y  su  obra  en nosotros  por  lo  que  sentimos,  que  lo  más  probable  es  que  cuando empezamos a cultivar más el esperar en El, nos sentiremos desanimados porque no encontraremos ninguna bendición especial como  resultado.
Este es el mensaje que debes oír: «Sobre todo, cuando esperas en Dios, hazlo en un espíritu de esperanza firme y abundante. Es Dios en su gloria, en su poder y su amor que anhela bendecir a aquellos que esperan en El.»

miércoles, 1 de septiembre de 2010

A MI LADO

Usted debe tener en cuenta que durante el día Dios esta a su lado y puede dirigirle la palabra cada vez que lo estime necesario. A Él le agradara que lo haga, se sentirá parte de su vida y será una forma para ratificarle su amor.
Antes de dormir examine su vida preguntándole al Señor que cosas de su vida le desagradan; pensamientos, actitudes, palabras o acciones y luego confíeselos apártese, como dice la Palabra en Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperara, mas el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia”.
Luego, pida al Espíritu Santo la fortaleza para seguir adelante, viviendo conforme a su voluntad y termine dándole gracias a Dios por la victoria.
ORACION: Guarda la puerta de mis labios; no permitas que palabra corrompida alguna salga de mi boca, sino la que sea buena para la edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. No me dejes contristar al Espíritu Santo con el cual fui sellado(a) para el día de la redención. Ayúdame para que mis palabras sean siempre con gracia, sazonadas con sal; que sepa cómo debo responder a cada uno. Que nunca olvide que de toda palabra ociosa que hable, te tendré que dar cuenta en el día del juicio y que por mis palabras seré justificado(a) o condenado(a).  En el nombre de JESÚS, AMÉN